Ejercicio

Hacer ejercicio físico de manera regular y progresiva es fundamental para la recuperación del sistema cardiovascular, mejorando la calidad de vida y pronóstico de la enfermedad.

¿Qué ejercicio debo practicar?

Lo más beneficioso es combinar ejercicio aeróbico o dinámico como son las marchas, pedalear, bailar, nadar, remar,… con ejercicio anaeróbico, como abdominales, flexiones,… Se aconseja variar modalidades e incorporar ejercicio de brazos que lo prepararán para el retorno al trabajo.

Evitar apnea respiratoria asociada al esfuerzo.

El paseo o la marcha es el ejercicio perfecto ya que es una acción muy simple, conocida, y que no requiere ningún equipamiento especial. Iniciar con paseos cortos y frecuentes incrementando un par de minutos cada día hasta alcanzar la hora diaria de ejercicio. Se puede hacer de manera contínua manteniendo la intensidad o a intervalos de tiempo de ejercicio algo más duro alternando períodos de descanso activo o de reposo.

Practicar la respiración abdominal ayudará a disminuír la ansiedad y preocupación

Ejecución: Coge aire por la nariz hinchando el vientre y suéltalo lentamente por la boca llevando el vientre hacia dentro.

Los estiramientos ayudan a prevenir lesiones

Ejecución: mantenidos, sin rebote, de larga duración y suaves

¿Cómo debo realizar los ejercicios?

Consta de 3 fases:

  • CALENTAMIENTO: Preparación del organismo al esfuerzo.
  • TRABAJO: Alcanzar un nivel de esfuerzo superior al del calentamiento que controlaremos a través de la frecuencia cardíaca recomendada, con un pulsómetro o pulsera de actividad, y/o con la escala subjetiva de esfuerzo de Borg. Es necesario alcanzar los valores 3-6 para que el ejercicio resulte efectivo (notar calor, rubor o sudor con respiración cómoda y capacidad de hablar).
  • RECUPERACIÓN: Refresco que evita hipotensión y/o posibles arritmias.

*En caso de duda consulta con tu médico.

Frecuencia

Se debe hacer ejercicio aeróbico todos los días de la semana, ejercicios de fuerza 2-3 veces/semana y finalizar con estiramientos.

Síntomas de alarma

Detener ejercicio en caso de sentir mareos, náuseas, “falta de vida”, excesivo esfuerzo respiratorio, dolor o presión en el pecho, irregularidades en el ritmo cardíaco

No iniciar ejercicio en caso de:

  • Infecciones agudas (vías respiratorias…)
  • Trastornos digestivos (vómitos, diarrea…)
  • Aumento de disnea, mareos, taquicardia…
  • Dolor en pecho o angina inestable
  • Broncoespasmo
  • T.A. por encima de 160/95 mmHg
  • Hipoglucemia (sudoración, mareos, palidez, temblor…)
  • Glicemias por encima de 250 mg/dl (diabetes mellitus)
Recomendaciones
  • Utiliza las escaleras en vez de utilizar la ascensor. Si son muchos pisos al menos sube los dos o tres primeros.
  • Utiliza transporte público, súbete una parada más tarde y bájate una parada antes,
  • Intenta ir caminando al trabajo.
  • Aparca el coche o la moto lo más lejos posible de tu destino.
  • Convierte tu descanso durante la jornada laboral en una pausa activa, pasea mientras te tomas un café o mientras charlas con un compañero.
  • Intenta aumentar la intensidad de tus tareas domésticas.
  • Reduce los periodos de pantallas y los periodos largos de inactividad. Levántate del sofá o de la silla mientras trabajas y realiza estiramientos por lo menos 3-5 minutos cada hora.
  • Busca un hobby que te guste y que sea activo. Jardinería, excursionismo, fotografía al aire libre, etc. Es imprescindible que lo busques, no te va a llegar solo.

Recuerda
“el ejercicio nunca sustituye el cumplimiento de una alimentación saludable”