Coaching de salud

Las personas somos capaces de influir y decidir sobre los factores que influyen en nuestra salud. Funcionando como un todo, desde lo biológico, lo psicoemocional y lo social, tenemos una serie de capacidades como la de conocernos, comprometernos, reflexionar y comunicarnos, guiando nuestras acciones en busca de ese bienestar que nos conserve la salud y que nos garantice una buena calidad de vida.

El beneficio del autocuidado ha sido demostrado en numerosos estudios, responsabilizar a las personas en los aspectos de su enfermedad y llevar un registro de los parámetros relacionados con su estilo de vida y sus factores de riesgo resulta determinante en esta nueva forma de hacer medicina. El abordaje de la enfermedad cardiovascular, en gran medida prevenible, se traduce en eficacia mediante intervenciones que favorecen la ayuda al cambio, basadas en educación sanitaria y fundamentadas en la teoría de la motivación. Cabe destacar en este contexto la comunicación terapéutica pilar básico para interactuar con las personas que constituye una herramienta facilitadora en todo el proceso de recuperación.

El coaching es una nueva tendencia de asistencia sanitaria enmarcada dentro de la promoción y la educación, que persigue la propia capacitación personal, es decir «personas activas» que se responsabilicen de su salud y de sus cuidados. Una nueva metodología de trabajo con la que se libera el propio potencial personal para incrementar el máximo desempeño, generando responsabilidad y construyendo autoconfianza. El coaching o entrenamiento, facilita la consecución de las metas de salud de una forma más eficaz, ya que estas metas personales son las que identifica el propio sujeto, desde su capacidad individual, asumiendo una actitud más proactiva y responsable sobre sus comportamientos, tomando conciencia de la enfermedad que padece.

El coach de salud, figura profesional mayormente representada en la enfermería, ayuda a comprender de qué manera nuestro comportamiento presente (rutinas, hábitos alimenticios, conductas nocivas, etc) están afectando a nuestra salud actual y amplía las perspectivas de actuación que nos dan acceso a unos mejores resultados, por ejemplo: aumentar la energía, aprender a decir «no», realizar ejercicio, perder peso o dormir mejor.

A través de una entrevista motivacional, detectamos las áreas de la vida más críticas que requieren mayor intervención. Como pilares básicos de la entrevista debemos destacar el empatizar, el saber escuchar, dejar hablar y saber encauzar el diálogo a la consecución de objetivos realistas y asequibles que habrán sido consensuados. Por supuesto, se da por sentado que debe de haber un compromiso con la voluntad de cambio además de una férrea disciplina.

El fijar un plan de acción colaborativo y la monitorización del progreso son otros de los factores determinantes de la atención. Deben de quedar reflejados aspectos clave individuales, Como: ¿Qué deseo conseguir?, ¿cómo lo voy a hacer?, ¿cuándo y por dónde voy a empezar?, etc. Se identificarán los obstáculos y dificultades, al igual que las fortalezas personales y se individualizarán las estrategias a seguir en cada caso. También se destacarán la promoción de actividades y hábitos para mejorar la relación cuerpo/mente.

El coaching es todo un proceso de transición, sistematizado y de acompañamiento para el desarrollo y el crecimiento de las personas en el paso de una situación actual (negativa o desequilibrada) a otra previamente definida por el sujeto (eficiente, motivadora y satisfactoria) a la que se pretende llegar buscando el bienestar en el más amplio sentido de la palabra.

• El primer paso sería identificar cual es mi problema ¿cúal es la parte más frustrante o difícil en el cuidado de mi enfermedad?
• Determinar mis sentimientos y su influencia en mi conducta ¿cómo me siento con este problema?, como influyen mis sentimientos en mi conducta, ¿qué importancia tiene para mí este problema?
• Fijarme una meta a largo plazo: ¿qué quiero?, ¿qué necesito hacer?, ¿qué problemas espero encontrar?, ¿de qué apoyos dispongo para ponerle solución a mis problemas?, ¿estoy realmente dispuesto a actuar para liberarme de este problema?
• Diseñar un plan de acción para modificar mi conducta: fijarme una meta (alcanzable, medible, oportuna, realista, específica) ¿qué hare esta semana para empezar a trabajar hacia esta meta?, ¿cómo de seguro o confiado me siento para enfrentarme a este problema?
• Evaluar mi trabajo: ¿cómo funcionó?, ¿qué aprendí?, ¿qué puedo hacer de forma diferente para mejorar la próxima vez?

Desde ese proceso de cambio personal, se hace una toma de conciencia. ¿Dónde estoy?,¿qué me ha pasado?, ¿cómo he llegado hasta aquí? Como ejemplo, partiendo desde eseestado actual, con un problema o con un motivo de insatisfacción de tipo de sobrepeso, bajaautoestima, dietas desequilibradas, alimentación emocional o cualquier otro aspecto que lapersona quiera mejorar en su vida, se llega a un estado deseado: peso saludable, mejora de autoestima,relación correcta con la comida y mejor estado de salud.Cabe destacar que en algunos casos las personas pueden estar motivadas y dispuestas a instauraralgunos cambios porque desean sentirse más sanas y en otros, la disposición a realizarlospuede ser debida a que ya presenten algún problema serio de salud.

La motivación, encualquier caso, es un estado disposicional que mueve a las personas a iniciar y adherirse a unanueva y determinada estrategia de cambio. La entrevista motivacional juega un papel decisivoen nuestra intervención profesional, ya que conjuga las dotes de una buena escucha a lavez que ofrece consejo de experto cuando se necesita. Diseñaríamos lo que sería una aproximaciónde una guía colaborativa centrada en las necesidades del paciente para evocar y fortalecerla motivación al cambio. No podemos olvidar nunca que la entrevista motivacional seha diseñado por y para el paciente, una colaboración activa entre dos expertos, puesto que seasume que nadie se conoce mejor que uno mismo.

• Entender la relación de las emociones con la comida
• Comprender los mensajes que me envía mi cuerpo y saber cómo darle respuesta
• Desarrollar la fortaleza que necesito para depurarme emocionalmente
• Analizar mi propia historia nutricional y crear la mejor versión de mi mismo
• Comer sin ansiedad y sin que me dominen los «antojos»
• Encontrar el equilibrio entre el estilo de vida que quiero para mí y las elecciones nutricionales de mi día a día
• Conseguir una relación saludable con la comida para el resto de mi vida
• Llenar mi vida de actividades inspiradoras y de recursos que me mantengan en ese camino

A través del proceso de coaching, el individuo profundiza en su conocimiento, aumenta su rendimiento y mejora su calidad de vida, por lo que se le considera actualmente como el arte y la ciencia de facilitar el cambio autodirigido. Los profesionales como entrenadores personales, ayudaremos a encontrar el camino eliminando obstáculos y sacando el mejor partido a las capacidades de los pacientes.

La toma de conciencia del hábito como algo perjudicial se hace decisivo si queremos poner en marcha el cambio. El incremento de la confianza en ser capaz de modificar el hábito, el refuerzo de la motivación por conseguir su objetivo y la constante evaluación y supervisión del plan de acción para iniciar y mantener la nueva conducta, son pilares básicos de nuestra actuación profesional. Facilitar que las personas asuman el papel de protagonistas de su vida, pegando un salto hacia delante superando miedos, excusas y justificaciones que les impiden avanzar es una de las máximas satisfacciones en nuestro desempeño.

Deseamos que disfrutéis con el aprendizaje.