Reincorporación laboral
La mayoría de las personas que han sufrido un infarto pueden recuperar su rutina profesional. Como norma general se evitarán grandes esfuerzos físicos durante el primer mes después de haber sufrido el evento coronario. Igualmente resulta muy importante practicar ejercicio físico de manera regular para mejorar la recuperación y la calidad de vida. Prolongar la baja por enfermedad no suele ser beneficioso, recomendándose el ejercicio físico de intensidad baja o moderada después del alta.
Las Sociedades Europea y Americana de Cardiología se basan en tres parámetros para determinar cuándo se puede volver a retomar la vida normal:
- La pérdida de función ventricular. Por encima de 50% se considera normal y permitiría a la persona afectada volver a su trabajo. Por debajo de esta cifra, depende del tipo de actividad que realice.
- Las arritmias que pueda padecer
- Los efectos secundarios de fármacos y/o dispositivos empleados en la recuperación terapéutica.
Las jornadas de una persona con enfermedad cardiovascular deben ser de un máximo de ocho horas. Asimismo, no se recomiendan cambios de turno, en especial los nocturnos.
Las variaciones de horarios obligan a realizar ajustes a nivel físico y mental y pueden interferir en el tratamiento o en la toma de la medicación.
Como regla general tampoco se recomiendan los trabajos al aire libre, realizados en condiciones de frío, calor o humedad extrema. Tampoco entrar en contacto con determinadas sustancias tóxicas que puedan afectar negativamente a la enfermedad. De manera simultánea se evitarán los esfuerzos físicos violentos con tensión emocional.